Lesiones de cadera en el running

¡Hola holita runners!

Sábado por la mañana y dices ¡hoy salgo a correr!, te preparas, te calzas tus zapatillas de running y cuando estás al lío, te empieza a doler la cadera… No!!!! ¿por qué a mí? Pues atentos a este nuevo post.

¿Qué son las lesiones de cadera? – Signos, diagnóstico y prevención

El dolor de cadera es habitual en corredor@s a partir de 35-40 años y puede ser debido a varias lesiones o patologías. Entre ellas,  destaca el impingement femoro-acetabular. Se trata de un pinzamiento o un choque óseo entre la cabeza del fémur y la parte superior de la cavidad de la pelvis (acetábulo) que se denomina labrum. Este pinzamiento puede afectar a la zona de transición entre el cuello y la cabeza del fémur (tipo CAM), principalmente al labrum (tipo PINCER) o una mezcla de los dos (tipo MIXTO).

El signo característico es el dolor en la zona inguinal o en la cara anterior del muslo al correr. También es habitual que moleste esa zona tras largos periodos sentados y al momento de levantarse. Se suele diagnosticar con una serie de maniobras y pruebas clínicas. También con una radiografía simple de ambas caderas o a través de resonancia magnética nuclear.

Es importante un diagnóstico temprano para intentar evitar que con el tiempo esa lesión pueda desgastar el cartílago articular y requerir de un tratamiento más avanzado y posibles consecuencias en la práctica deportiva.

En cuanto a la prevención, es importante una correcta movilidad articular de la cadera y el resto de estructuras cercanas, así como mejorar la fuerza de la musculatura involucrada en ella.

En mujeres, el dolor más habitual relacionado con la cadera es la tendinopatía glútea y la bursitis trocantérea o trocanteritis. Es un dolor característico al apoyarse sobre ese lado al hacer ejercicio sobre una esterilla o el suelo del gimnasio y también por la noche al acostarse o dormir y presionar sobre ella. El principal motivo de que afecte a las mujeres es por el ancho de cadera y el ángulo Q.

Tipos de lesiones de cadera

La principal función de una bursa es interponerse entre diversas estructuras, como el hueso y los tejidos conectivos que se encuentran por encima (tendones, músculos y la piel), donde funciona para proporcionar amortiguación y facilitar el movimiento al reducir la fricción. La mayoría de las bursitis están asociadas con el sobre uso (microtraumatismos repetitivos que se realizan por ejemplo al correr), pero en ocasiones un golpe directo sobre ella puede provocar una bursitis traumática aguda debida a una hemorragia en la bursa. De forma menos común, pero que también la podemos encontrar, es provocada por infecciones u otras enfermedades como la artritis reumatoidea o la gota.

Las fracturas por estrés o por sobrecarga también están presentes en runners, sobre todo en mujeres de mediana edad, con posibles alteraciones hormonales o con poca densidad ósea, y que no tienen un control adecuado de la carga de entrenamiento o las superficies por las que corre son muy duras o las zapatillas de running no son las adecuadas o están desgastadas.

Las patologías por sobreuso que afectan a las bursas suelen ir unidas a otras patologías locales muy habituales como las tendinopatías y los síndromes de pinzamiento (impingements) comentados anteriormente, y son muy habituales en corredores, lo que pone de manifiesto la importancia de una correcta valoración, entrenamiento y selección de zapatillas de deporte.

Tratamiento

El tratamiento más habitual en este tipo de lesiones del corred@r es a través de la aplicación de hielo, fisioterapia, el entrenamiento de fuerza de los tejidos circundantes (glúteos y rotadores externos de cadera en general) así como una correcta zapatilla de running y la valoración de la técnica de carrera y el posible uso de plantillas a medida para mejorar el apoyo y las fuerzas de reacción del suelo.

¡Con estos consejos, conseguiréis seguir disfrutando del running!